domingo, 27 de marzo de 2011

La comunicación que hace funcionar

En general, los problemas humanos se generan a través de la interacción entre las personas y su “realidad”, o sea, entre la percepción que las personas tienen de lo que son o de lo que deben ser las “cosas” y la percepción que tienen sobre cómo les están funcionando sus “cosas”.

Para que el diferencial de percepciones constituya un problema, es indiferente si éste se verifica en su ámbito privado, en el ámbito profesional o en el ámbito social más amplio. Lo más importante es la forma según la cual la persona establece su comunicación y relación consigo misma, con su entorno y con el mundo en general. Es decir, cómo reacciona a lo que percibe como una dificultad o un problema, para intentar resolverlo.

Por otro lado, para determinar el grado de disfuncionalidad de la situación y la forma más adecuada de guiar la persona hacia la solución, el profesional necesita entender cuál es la percepción que ésta tiene de lo que le está pasando, cómo está reaccionando a ello y los resultados que está obteniendo con sus intentos de solución.

Es fundamental que, entre la persona que solicita ayuda y el profesional que facilita el proceso de búsqueda de la solución, se establezca, desde el primer momento, una relación comunicativa eficaz que no se dirija a la investigación del supuesto origen de la situación sino que se centre en las formas según las cuales la persona percibe su situación y cómo intenta solucionarla.

La técnica de comunicación que toma el nombre de “Diálogo Estratégico” y que fue puesta a punto por el Prof. Giorgio Nardone, utilizada por todos sus colaboradores independientemente del ámbito en que actúan (clínico, individual u organizacional), proporciona una eficacia sorprendente en la aclaración de la situación en causa, en el acuerdo sobre los objetivos a alcanzar y en la construcción del plan de acción que se ha de desarrollar para que todo vuelva a funcionar de nuevo.

Esta técnica de diálogo (del griego dia-logos – encuentro de dos inteligencias) permite que las sesiones de trabajo se desarrollen de una forma eficiente, respetando al máximo la economía de recursos, y sobre todo, permite que todo el trabajo desarrollado a lo largo de las sesiones no sea entendido como una serie de indicaciones del experto al inexperto. Al contrario, todas las conclusiones y acuerdos finales sobre las acciones a desarrollar son el resultado de los pequeños acuerdos y conclusiones que van ocurriendo naturalmente a lo largo de las sesiones, según un proceso metódico de descubrimiento conjunto.

En ciertos casos de dificultad de comunicación interpersonal, un breve entrenamiento de alcance limitado pero eficaz, para la aplicación de esta técnica en sus relaciones personales o profesionales, es adecuado para que la persona pueda iniciar un recorrido de self-help que le conduzca a un desarrollo importante de sus recursos comunicativos y relacionales.